jueves, 6 de mayo de 2010

Zetas

4 Zetas
Por Juan Ramón Jiménez de León


"Zorro es un personaje que surge del pueblo y que se entrega al pueblo. El pueblo necesita a alguien y el Zorro es casi un sueño hecho realidad, alguien que puede impedir algo que consideran tan injustificado como injusto" (Antonio Banderas, actor español, que ha hecho su carrera representando a los mexicanos, bueno hasta el venerado poeta Pablo Neruda escribió en sus fantasías que Murrieta (a) El Zorro, era chileno, cuando se ha demostrado que era sonorense).



Nos encontramos a finales del siglo XIX, en el año 1850. California, el territorio mexicano vendido a los Estados Unidos por el dictador Santa Anna quiere convertirse en el trigésimo primer estado de la unión, pero un grupo de personas de una organización misteriosa están dispuestas a sabotear esa unión. A la vez se dedica el corrupto barón francés MacGivens a amenazar e intimidar la existencia de cientos de habitantes del país apoderándose de sus tierras. Zorro el héroe vestido de negro, con antifaz, espada y látigo debe acudir una vez más en ayuda de los habitantes de California para que puedan convertirse en ciudadanos de los Estados Unidos de Norteamérica. La historia de Joaquín Murrieta Orozco (a) El Patrio, ha llegado a formar parte de la literatura de varios países. Entre los conocidos escritores quienes han empleado el tema de Joaquín en sus obras, se puede mencionar al mexicano Ireneo Paz-abuelo del poeta contemporáneo Octavio Paz-; al poeta chileno y ganador del Premio Nobel, Pablo Neruda; y al novelista norteamericano Walter Nobel Burns. Además, una película norteamericana de la década de los treinta llevó la historia de Joaquín a muchos otros países del mundo. Según la versión más conocida de la historia de Murrieta, él y su banda cometieron muchos robos y matanzas en la Sierra Nevada de California entre 1851 y 1853. Fueron perseguidos por un grupo de rangers encabezados por un tal Harry Love en el verano de 1853 y, según el capitán del grupo, Joaquín perdió su vida en una batalla con ellos en el mes de julio. Después, la cabeza del supuesto Joaquín se exhibió en varios lugares públicos de California. La primera versión de la historia de Joaquín salió a la luz en 1854 en San Francisco. El autor era un joven periodista de California llamado John Rollin Ridge. Cinco años después se publicó otra versión más larga. Casi todas las versiones que han salido en diferentes lugares e idiomas desde 1860 están basadas en la edición de 1859. No sabemos quien era el autor de aquella edición , pero es muy evidente que sacó muchos datos del libro anterior de Ridge. Yo no se cuando la figura de Murrieta llegó a ser conocida en Sonora pero tal vez se podría saber al examinar los periódicos sonorenses de la década de los cincuentas del siglo XIX. Tenemos datos positivos para confirmar que el nombre de Joaquín Murrieta era bien conocido por la década de los setentas. Hace poco más de diez años que un investigador en Fresno, California encontró entre algunos documentos una referencia a una obra teatral sobre Murrieta que tuvo mucha popularidad en Sonora en 1872. Estos documentos formaron parte del diario de un ingeniero norteamericano llamado Albert Kimsey Owen que había visitado Sonora para investigar las posibilidades de construir un ferrocarril desde Texas hasta la bahía de Topolobampo en Sinaloa, pasando por tierra sonorense. Según el diario de Owen, un escritor mexicano de apellido Gabutti, un nombre más bien italiano que español, había escrito una obra dramática sobre las aventuras de Murrieta en California. Una compañía de actores mexicanos estaba presentando aquella obra en lugares sonorenses como Hermosillo, Ures y Guaymas durante el mes de noviembre de 1872 y con buenos resultados. Owen escribe que “el nombre de Murrieta es bien conocido por todos los que saben algo de la época del oro en California. Murrieta era del distrito de Hermosillo y dos de sus hermanos viven en Buenavista”. La mención de Sonora como lugar de origen de Joaquín es consistente con las versiones de la historia del mismo que se publicaron en San Francisco poco después de los acontecimientos de 1853. Y en California como en México siempre se ha dicho que Murrieta era sonorense. Pero en Sudamérica y especialmente en Chile, existe otra opinión del asunto. Durante más de un siglo se ha mantenido que Murrieta era chileno, nativo del pueblo de Quillota, unos pocos kilómetros al norte de la ciudad de Valparaíso. Me refiero a todo esto para poner en claro que por la década de los 60 del siglo XIX existía en Chile un cierto clima de odio en cuanto a los Estados Unidos y cuando en 1867 se publicó en Santiago un libro sobre un supuesto bandido chileno que había castigado a muchos norteamericanos, era natural que el pueblo chileno lo aceptara como ser verdad y aceptara también como uno de sus grandes héroes folklóricos a la figura de Joaquín Murrieta. ¿Qué se entiende por bandolerismo social?, se pregunta el investigador de la historia chicana Carlos Cortés, y a continuación se responde con palabras del investigador británico Eric J. Hobsbawm: "... proscritos campesinos a quienes el señor y el Estado consideran delincuentes, pero que permanecen en el seno de la sociedad campesina y son considerados héroes por su pueblo, paladines, vengadores, luchadores de la justicia, quizá hasta jefes del movimiento de liberación, y en todo caso gente que merece admiración, ayuda y apoyo... el bandolerismo social está en todo el mundo en las sociedades basadas en la agricultura (incluyendo la economía pastoral), y lo ejercitan principalmente campesinos y peones sin tierra dominados, oprimidos y explotados por alguien --los señores, los poblados, Ios gobiernos, los abogados y hasta los bancos (y sus sicarios como la Agencia Pinkerton)--. Se encuentran entonces en cualquiera de sus tres formas: el noble bandido al estilo de Robin Hood, el luchador primitivo de la resistencia o la unidad guerrillera o quizás también el vengador que siembra el terror"...Quiere decir entonces, que si hay una palabra de significado totalmente relativo es "Bandolero que en la era presente se equipara con sicario" Los bandoleros sociales generalmente surgen en el seno de sociedades esencialmente agrarias, dice Cortés - como producto de condiciones socioeconómicas opresivas.- Al contrario de la gran mayoría de sus hermanos campesinos, algunos se niegan a someterse a la opresión convirtiéndose en bandoleros.- El bandolerismo social chicano surgió en los territorios norteños que habían sido mexicanos hasta 1847 y que se transformaron en estadounidenses después de la invasión y conquista de la parte noroccidental de México.- Recuérdese que Arizona quería extenderse por todo Sonora. Sus habitantes antes mexicanos casi de inmediato comenzaron a sufrir las funestas consecuencias de haberse convertido súbitamente en extranjeros en su propia tierra.-Algunos mexicanos, habitantes de los territorios conquistados, trataron de salvarse mediante la asimilación, lucharon por su salvación individual a través de la alianza política o económica con los angloamericanos, o se sometieron convirtiéndose en los peones de la nueva sociedad. Pero hubo otros que resistieron, ya fuera luchando contra el sistema implantado por los estadounidenses, ya fuera creando y sosteniendo núcleos de resistencia cultural pasiva o mediante la violencia extralegal, convirtiéndose en bandoleros sociales. Hay una lista larga de esos bandidos que operaban en las comarcas invadidas; entre otras se mencionan a Francisco Bárcenas, Narciso Bojórquez, José California, Joaquín Carrillo, Cleovaro Sánchez, Escalante, El Zorro, --que dio origen a la leyenda--, Juan Flores, Tomaso Redondo, Tiburcio Vázquez y muchos más. Uno de los bandidos sociales de origen mexicano más famoso fue Joaquín Murrieta Orozco, quien operó en California en los años 50 del siglo XIX y de todos los bandoleros chicanos es el que más se parece a la figura del legendario Robin Hood. Como resultado de las tensiones étnicas provocadas por la fiebre del oro en California, los mexicanos fueron objeto de actos violentos, les fueron expropiadas sus tierras, especialmente después de que el gobierno estatal promulgó en 1850 la discriminatoria Ley de Impuestos a los Mineros Extranjeros, que implícitamente alentaba a los milicianos armados angloestadounidenses a que expulsaran de los placeres mineros a los extranjeros y a que los obligaran a renunciar a los derechos adquiridos en sus denuncias. Ante esta injusticia muchos mineros mexicanos se hicieron bandoleros y entre ellos Joaquín Murrieta, oriundo de Sonora. En la primavera de 1853 la legislatura estatal autorizó a un ex texano llamado Harry Love a que organizara una partida de rurales para perseguir bandoleros y Joaquín figuraba en la lista de los "enemigos públicos" más cotizados --el gobernador de California, se ofrecía mil dólares en su cabeza--.Después de una búsqueda de tres meses, la legión de Love se encontró con un grupo de mexicanos no identificados cerca del Paso de Panoche, el oeste de los Lagos de Tulare y mató, al menos, a dos de ellos. A uno le cortaron la cabeza y al otro una mano, ya antes mutilada en parte; los colocaron en frascos de vidrio y afirmaron haber matado a Jack García, llamado Tres Dedos, y a Joaquín Murrieta y así cobraron la recompensa ofrecida por el gobierno del estado. A pesar de que el mexicano decapitado nunca fue identificado no se olvide que los Bushes han seguido con esta macabra acción de decapitar a sus enemigos, así fue primero el Indio apache Gerónimo, originario de Chihuahua, luego la de Pancho Villa, de Durango, luego la del Che Guevara, guerrillero argentino, después la de Sadam Hussein, de que ninguno de los rurales tenía la menor idea del aspecto de Joaquín Murrieta excepto que tenía que parecer mexicano y de que personas tales como el editor del periódico "Alta" de San Francisco afirmaron públicamente, después de entrevistar a uno de los mexicanos que había escapado de los rurales, que el muerto era en realidad Joaquín Valenzuela. La familia Murrieta está emparentada con Luis Donaldo Colosio Murrieta, descendiente del mítico guerrillero, pues no bandolero, por ahí se han tejido historias de que el establishment californio no iba a permitir que un descendiente de Joaquín Murrieta llegara a la presidencia de México.
La segunda Zeta tiene que ver con los Cedillos, revolucionarios de San Luis Potosí, el más famoso fue Saturnino Cedillo, y sus hermanos Cleofas y Magdaleno. Nació en Ciudad del Maíz, San Luis Potosí, en 1890, en la llamada zona de las Huastecas, en donde estaban establecidas las empresas petroleras trasnacionales. En 1911 se unió a la revolución acaudillada por Francisco I. Madero. No obstante, cuando estalló la rebelión de Pascual Orozco contra Madero, se unió a ella para combatir al gobierno en 1913. Fue partidario de la Convención de Aguascalientes en donde se unió a los villistas. Se mantuvo como rebelde hasta 1920, año en que se unió al Plan de Agua Prieta para derrocar a Carranza. En 1926 fue nombrado jefe de la División del Centro para combatir a los cristeros. De 1927 a 1931 fue gobernador de su estado San Luis Potosí. Durante el gobierno de Pascual Ortiz Rubio fungió, por tiempo breve, como secretario de Agricultura y Fomento. Ambos se inclinaron por los nazis. Si bien Cedillo apoyó a Lázaro Cárdenas en su campaña presidencial, en 1938 se ligó a la derecha radical y a los petroleros para encabezar una rebelión en su contra. Para evitar enfrentamientos, Cárdenas le ofreció una comandancia militar, pero Cedillo la rechazó, Cardenas lo reprimió brutalmente.
Un reporte del gobierno cardenista indicaba que el nazismo en México tenia alrededor de 360 simpatizantes alemanes involucrados en acciones de propaganda y proselitismo en varias ciudades. Mencionándose la relación del barón Ernst Von Merck con Saturnino Cedillo, las del gobernador de Sonora, Román Yocupicio con Heinrich Northe, primer secretario de la delegación alemana, y la admiración que sentía José Vasconcelos por el Tercer Reich.
Otros grupos reaccionarios fueron la Confederación de la Clase Media, sucesor del Partido Fascista Mexicano creado en 1922 y desparecido el año siguiente, la Liga Antichina, el Comité Pro-Raza, la Acción Revolucionaria Mexicanista, la Unión Nacional de Veteranos de la Revolución y la Unión Nacional Sinarquista, mismos que nacieron como respuesta al nacionalismo revolucionario del Partido Nacional Revolucionario (luego PRI), al Partido Comunista Mexicano, al Partido Agrarista y al Partido Popular Socialista (luego formaron el PRD).
Saturnino Cedillo, de origen revolucionario, saltó sorpresivamente a la derecha política, armando una rebelión en contra del gobierno socialista de Lázaro Cárdenas del Río. Cárdenas decidió combatirlo y ocho meses después lo derrotó y le dio muerte en combate. Cedillo decía que su rebelión contaba con el apoyo de las compañías petroleras extranjeras que habían sido despojadas de sus terrenos e inclusive del nazismo, aunque, por los pocos resultados que tuvo, ese apoyo parece poco real a pesar de los vínculos nacionalsocialistas, como la presencia de Hellmuth Oskar Schreiter, miembro del Partido Nazi y fundador de la Unión Nacional Sinarquista, de Heinrich Northe, primer secretario de la delegación alemana y Ernst Von Merck.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_de_Saturnino_Cedillo"
En mayo de ese año las tropas rebeldes chocaron con las federales. Al transcurrir de los meses los rebeldes fueron perdiendo fuerza; Cedillo resistió por algún tiempo en la serranía potosina, pero murió durante un enfrentamiento con las fuerzas gubernamentales en el cerro de la Biznaga, San Luis Potosí, el 11 de enero de 1939. El Gobierno Cardenista aplastó con virulencia a los cedillistas y los masacró, solo una familia logró escapar hacia San Antonio, Texas, pero ni aun ahí estuvieron exentos de persecución por lo que cambiaron su apellido hacia Zedillo y se fueron a radicar a Calexico, California, frontera con Mexicali, BCN, se ha dicho que Zedillo era nacido en los Estados Unidos, pues de otra forma no se explica los puestos relevantes que ha tenido en la Universidad de Yale, en Union Pacific, empresa ferrocarrilera de Dick Cheney y Citibank. Zedillo siempre ha estado protegido por esta rama militar, pues su primer empleo fue en el Banco del Ejercito y luego al salir becado hacia Yale, por el Banco de México, también tuvo una extraña beca del Ejercito. Los temibles zetas del ejército, aparecieron en el sexenio de Zedillo.
La tercera zeta, la militar. Ernesto Zedillo manda a entrenar como unidades de contra-insurgencia a un grupo de elite del ejercito mexicano en Fort Bragg Carolina del Norte, es decir nace como proyecto militar y sigue ligado a este, algunos se asentaron en la base zeta, cercana a Matamoros, Tamaulipas, cerca del rancho del abuelo del Niño Verde, Emilio Martínez Manatou,el mas anti-estatista de los secretarios de estado de Díaz Ordaz. El dique de contención, las estructuras policiacas, estalla, perforado por el dinero sucio. El panorama parece tan complicado como irreversible. Es tan oscuro este México de finales de los noventa que el presidente Ernesto Zedillo toma la decisión de echar mano del Ejército para enfrentar al crimen organizado. Sin embargo, no advierte que su determinación derivará en una pesadilla. Al darse cuenta de la debilidad del Estado, al ver ante sus ojos un verdadero regalo del gobierno y que lo puede tomar con sólo extender sus manos, Arturo Guzmán Decena –expolicía federal, cómplice del capo Osiel Cárdenas, Capo del cartel del Golfo. Con ofrecimientos millonarios –y privilegios que un militar jamás podría obtener en el Ejército, donde una élite acapara los beneficios y canonjías– los efectivos del Ejército son convencidos de algo que las propias autoridades tardaron en entender: que el narco paga mejor que el gobierno. Dura realidad, pero esa es la razón por la que muchos soldados desertan para engancharse en la aventura del narcotráfico. Poco a poco, como hormigas que abandonan el agujero, decenas de soldados empiezan a desaparecer. De un día para otro ya no asisten a sus áreas de trabajo. El pase de lista obligado está plagado de silencios. Nadie responde al llamado del alto mando. La preocupación cunde por doquier. ¿Dónde están?, se preguntan una y otra vez los jefes castrenses. Por varios meses se piensa que fueron secuestrados o asesinados por la mafia. Las respuestas no llegan y la desesperación paraliza a los altos mandos de la SEDENA, que deben rendir cuentas sobre el paradero de los soldados. Nadie sabe si en el origen de Los Zetas el propósito consistió en implicar de lleno al Ejército en el narcotráfico como un proyecto articulado por el Estado, de manera que sólo la Presidencia de la República manejara los hilos del narco. Lo cierto es que el proyecto de Ernesto Zedillo de involucrar a los militares en la lucha antidrogas da pie a ese paramilitarismo asociado con el narcotráfico y con las altas autoridades militares, con la más tortuosa pesadilla que jamás haya vivido el país, cuya democracia flaquea porque sigue atada a una vieja dictadura: la del narco. Los primeros miembros de Los Zetas no rebasan los 60 hombres de todas las estaturas y rangos militares. Casi todos tienen un rasgo en común: el rostro endurecido, en el semblante las grietas que provoca el castigo y el rigor de la milicia. En otros, brota de sus ojos el rencor, la frustración, y no pocos transpiran venganza, el vapor del odio que los quema por dentro. Con el paso de los años, Los Zetas dejan de ser militares puros –algunos de ellos son asesinados, otros son detenidos– pero aún hoy conservan algo de su linaje castrense, que no se perdió ni con el crimen de su fundador, Arturo Guzmán Decena, el Z-1, perpetrado el 21 de noviembre de 2002 cuando departía desarmado en un restaurante de la calle Herrera y Nueve, de Matamoros. Su lugar no puede ser ocupado por un improvisado. Por eso el trabajo se le encomienda a un militar de igual o mejor perfil que el propio Guzmán Decena. Su posición la toma entonces Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca o Z-3, original de Hidalgo, metal forjado con las más altas temperaturas de la milicia, otro desertor del GAFE que también fue entrenado en diversas disciplinas y que hasta la fecha es inamovible como jefe de Los Zetas. Durante su evolución Los Zetas llegan a tener cerca de 750 miembros. Con el paso del tiempo refuerzan su estructura con la incrustación de kaibiles, desertores del ejército de Guatemala que se suman al cártel del Golfo para imponer sus más sanguinarias prácticas de muerte: la tortura, la decapitación y el descuartizamiento. Amantes de la guerra, afinan tan bien su estrategia bélica, que logran infundir miedo, un paralizante miedo en todo el país y en particular entre sus rivales, quienes no tienen más opción que responder con la misma saña y con el mismo horror. Los sicarios del cártel del Golfo que no son de extracción militar deben ahora decidir su futuro: incorporarse a otro cártel mostrando sus mejores credenciales como asesinos, quedarse desempleados o entrenarse para aprender a matar con mayor saña, como lo exigen las reglas de Los Zetas, quienes imponen el baño de sangre, lo mismo que la decapitación y el despedazamiento de personas. Cuando esta suerte de engendro bélico decide matar, las cabezas humanas ruedan por doquier. México esta bajo el narco-terrorismo de Estado.
La cuarta Zeta viene de la película griega Z de Costa Gavras, Grecia le está dando una tunda a los europeos con la actual crisis financiera y la conexion con México es Goldman Sachs. Es decir México se encamina irremediablemente hacia una feroz dictadura narco-militar de extrema derecha quasi nazi, mas cercana al fascismo falangista del Yunque, con corporativos empresariales que degustan los bajos salarios, la falta de democracia, pues ella implica ceder su riqueza mal habida, así que continúan aceptando este modelo nazi, la Teoría de Hjalmar Schacht, de bajos salarios, casi de campo de concentración, choques monetarios , fiscales y financieros (usura bancaria sin control) , ya Platón escribia en sus famosos Dialogos que despues de la Kakistocracia (el gobierno de los peores, Calderon se lleva las palmas como el peor Presidente mexicano de los tiempos presentes) viene la Dictadura Militar o Timocracia, nada mas que ahora ya sería una Narcocracia armada con los capos de los diferentes carteles que azotan México

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