lunes, 3 de mayo de 2010

Chipinque


MONTERREY, NL.- El rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Rafael Rangel Sostmann, considera que el Ejército está en las calles sin control y sin ley, con soldados mal educados y sin criterio y que difícilmente pueden enfrentar al narcotráfico sin afectar a la población civil.Dicha evaluación, complementada con la advertencia de que la sociedad tiene que participar en la solución de los problemas de la seguridad y la justicia, se produce a raíz del homicidio de dos estudiantes el 19 de marzo. Ese día, alrededor de la una de la madrugada, un convoy del Ejército se enfrentó a tiros con un grupo de hombres armados en las inmediaciones del campus matriz del ITESM, ubicado en el centro de esta ciudad. Durante varias horas, los nutridos disparos de grueso calibre y la detonación de granadas sembraron el terror en el campus del ITESM, donde aún había alumnos y maestros trabajando, así como numerosos internos que descansaban. El sector, rodeado de edificios habitados principalmente por estudiantes, se mantuvo sometido a una fuerte tensión, con alumnos que se refugiaban en la biblioteca, en las aulas y hasta en túneles que interconectan el campus del instituto. El parte informativo rendido por la mañana señaló que, además de asegurar armas y una camioneta blindada, en el lugar murieron dos personas abatidas por las balas. No fue sino hasta el sábado al mediodía cuando se supo que los muertos eran Jorge Antonio Mercado Alonso y Francisco Javier Arredondo Verdugo, dos estudiantes de posgrado, de alto rendimiento académico, quienes, egresados del Instituto Tecnológico de Saltillo, se hallaban becados en el ITESM. El rector Rangel Sostmann se convirtió entonces en la principal fuente de información y, a lo largo de la semana, dio pormenores de lo ocurrido “en defensa de los alumnos”, ya que algunas versiones periodísticas, con fuentes policiacas y militares sin identificar, los habían calificado de “sicarios”. “Yo no soy rector-ministerio público, pero parece que lo soy. Me ha tocado dar a conocer información que deberían proporcionar las autoridades”, dice el rector en entrevista con Proceso, conmovido por los sucesos.El 22 de marzo, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se reunió con el rector del ITESM. Un día después, el martes 23, durante un homenaje póstumo a los estudiantes, realizado en el campus universitario, la esposa de Felipe Calderón, Margarita Zavala, acudió a dar el pésame a los familiares de los alumnos acribillados.El acto se realizó en la explanada de Las Carreras, donde se ubica la estatua de Eugenio Garza Sada, fundador del ITESM y patriarca empresarial abatido a tiros durante un intento de secuestro el 17 de septiembre de 1973. Rangel Sostmann se refirió en su discurso a la muerte de Garza Sada, pero a diferencia de los reclamos que en aquel tiempo hizo la élite empresarial y académica al presidente Luis Echeverría Álvarez, esta vez el rector dijo que no era tiempo de protestar ni de echar culpas. “La muerte de don Eugenio (Garza Sada) levantó conciencias. Yo espero que estas muertes levanten conciencias y que como sociedad veamos cómo nos vamos a unir. Suena muy retórico, muy idealista, pero si esta es una guerra, no puede andar cada quien por su lado. A lo mejor no es toda la solución, pero será algo”, expresa. En casi todas sus intervenciones públicas, el rector se refiere a la falta de oportunidades para los jóvenes, lo cual ha derivado en el surgimiento de la que llama “generación ni-ni” (ni estudia-ni trabaja).Y en la entrevista señala: “Veo con tristeza que el problema de la educación en México está llevando a un cambio alarmante en los paradigmas, especialmente cuando no hay acceso al sistema educativo. Lo veo y escucho en rancherías, comunidades y ciudades importantes. La falta de oportunidades puede acabar con el país”. Ante una “guerra” que está afectando indiscutiblemente a jóvenes y niños, lamenta que los mexicanos esperemos a “que los soldados tomen decisiones… ¡Por favor! Tenemos un problema con la educación de esas personas. Andan en la parte urbana, no entienden a la sociedad, pero andan con armas de alto poder. “Con los policías es lo mismo. No tienen vivienda, no tienen futuro estable. La tentación (de corromperse) va a continuar. Así está todo.”
¿Qué ha hecho a la ‘Sultana del Norte' erigirse como el conglomerado industrial que ha tenido el desarrollo empresarial más firme y agresivo de todo el país? El tema ha ocupado a historiadores, economistas y sociólogos, entre otros especialistas. Coinciden en que su cercanía e integración al mercado de Estados Unidos, su lejanía del centro político de México, y el papel que ambos factores han jugado en coyunturas históricas críticas, como la Guerra Civil en EU, la Revolución y la Segunda Guerra Mundial; y un agreste entorno geográfico que ha motivado un notable espíritu empresarial, con no menos notable capacidad de adaptación al cambio, por drástico que sea, han estado en el centro de la dinámica productiva que se vive en esta ciudad de clima extremoso, ubicada a poco menos de 200 kilómetros de la frontera con Texas y a casi 1,000 de la Ciudad de México. A esos factores Carlos Alba, investigador de El Colegio de México, agrega la cercanía a fuentes de abasto energético fundamentales para la industria, como el carbón mineral de Coahuila y el gas natural de Texas. Pero, al igual que Cerutti, concede especial importancia a lo que este investigador denomina "las redes familiares", es decir, "el fuerte entrelazamiento familiar" en muchas de las sociedades empresariales que se empezaron a tejer desde mediados del siglo XIX, y que han mantenido hasta la actualidad una continuidad histórica sin precedente en otras partes del país.
Apellidos como Zambrano, Madero, Garza, Calderón, Milmo, presentes en el escenario de los negocios desde las primeras décadas de los años 1800, a los que se sumaron los Sada, Armendáriz, Muguerza, Maíz, entre 1860 y la Revolución -según Cerutti-, dieron origen a lo que denomina ‘empresas madre', definidas entre 1930 y 1950, y que hacia la década de los 70, al amparo de la Ley de Sociedades de Fomento promulgada en 1973, dieron vida a conglomerados sustentados en grandes empresas y grupos financieros e industriales.

El Monterrey donde todavía los regiomontanos podían sacar las mecedoras a la banqueta para platicar y descansar de las arduas jornadas laborales, aparece retratado, literalmente, y por escrito, en el libro más reciente de la escritora Irma Salinas Rocha, titulado Mi Madre, que incluye una síntesis novelada de las nacientes empresas que han dado perfil al entorno y del clima político.

Además de la historia de la madre de Irma Salinas Rocha, Elisa Rocha Barocio, es la historia de la ciudad, desde inicios del siglo pasado, donde se lee la naciente ciudad industrial.

Asimismo es la historia de los bautistas en Monterrey. Uno de los grandes huecos de los cronistas e historiadores del entorno, es precisamente la historia de las religiones.

Apurados por contar la historia de la almohada donde reposó la cabeza Benito Juárez o por el cepillo de dientes de Vidaurri, los historiadores olvidan los grandes momentos de la historia regional.

Y lo que es peor: el periodo moderno de la historia de Nuevo León. Sin ser el objetivo primario de este libro.

Irma Salinas Rocha pretende llenar estos huecos. A la vez que pone en el renglón la historia de los bautistas en nuestro estado, pasa revista a los acontecimientos políticos más sonados en la historia reciente de Nuevo León, contextualizando de esta manera el quehacer cotidiano de los regiomontanos.

Con una mirada histórica que no descuida el aspecto literario Irma Salinas Rocha se avoca a investigar la fundación de la religión bautista en Monterrey, que tanto contribuyó a formar la mentalidad empresarial.. Los primeros pastores, entre ellos Tomas Westrup, los primeros himnos religiosos, las primeras iglesias, una en Montemorelos, otra en Santa Rosa Apodaca y otras en Monterrey, son los templos donde se forjó esta religión que hoy tiene tantos adeptos.

Al hablar de su madre, Irma Salinas Rocha lo hace no sólo con amor filial sino con el respeto de la historiadora para con su tema.

Elisa Rocha Barocio, fue la esposa de Benjamín Salinas, fundador junto con un primo de la fábrica Salinas y Rocha, una de las principales empresas de Monterrey, hoy desaparecida.

Compañera fiel, Elisa acompañó a Benjamín en su aventura empresarial, Las vicisitudes propias de las personas emprendedoras, los momentos de apuro y, por supuesto, los momentos de gloria, las vivieron juntos.

Salinas Rocha señala: “Por necesidad, los biógrafos sólo ven hacia el pasado. Cuando empecé a escribir la biografía de mi madre, me sumergí en mis recuerdos para encontrar aquellos que fueron significativos en su vida, pero al mismo tiempo, no podía impedirme ver hacia delante.

A veces, sin pensarlo, establecí nexos entre su vida y la mía como madre, abuela y bisabuela.

Y con ello quizá desvié o le resté imparcialidad a mi relato, ya que fui, al igual que mis hermanas Magda Perla y Olinda y mi hermano Hugo, co-protagonista de su vida.

Este hecho, sin embargo, creo que le da mayor veracidad a lo narrado y le proporciona una dimensión más humana y más cálida”.

Más adelante abunda: “Las generaciones familiares que precedieron a la de mi madre y que yo logré vislumbrar, son casi tantas como las que yo he podido ver que la sucedieron.

¡Cuántas vidas!, me digo a mí misma, al verme en una de esas fotografías rodeada de mis hijos.

Algunos de ellos ya son abuelos y abuelas jóvenes. Y eso que se trata sólo de mi descendencia.

Si pretendiera reunir en una foto la de mis hermanas y hermano, francamente, no cabríamos en ella”.

Y cierra: “El rostro sereno de mi madre iluminó poco a poco el conjunto de sombras que podía yo adivinar al iniciar la investigación sobre su vida.

Salvo a mi abuela Zenaida (quien murió cuando mi madre era pequeñita), conocí a los demás miembros de su seno familiar.

Pero una cosa era conocerlos cotidianamente y otra precisar sus rasgos, los vínculos con mi madre y su entorno”.

Irma Salinas Rocha se ha distinguido como escritora con libros como Nostro Grupo, Tal Cual, Ni más ni menos, Mi Padre, y como periodista en los periódicos El Porvenir y El Universal.

Además Salinas Rocha ha participado siempre al lado de las mejores causas de la ciudadanía castigada por el sistema político mexicano injusto y parcial.

2 comentarios:

Armando Musical dijo...

Tengo un LP de Las Hermanas Barocio, en el cual interpretan canciones de Jesús Barocio, no he encontrado datos de ellos... ¿habrá algún parentezco con la familia Barocio mencionada aquí? Me pueden contestar a contacto@romancemusical.net ¡Gracias de antemano!

Jorge dijo...

hola Armando me da mucho gusto saludarte, soy primo hermano de las Hermanas Barocio, Jesus Barocio mi tio.
te dejo mi correo y podemos charlar, actualmente estoy entrando al medio de composición. jabv_88@hotmail.com